A veces llego a pensar que realmente no soy un ser muy convencional. Recuperar fuerzas con tan breve descanso y poseer la lucidez para disfrutar de una noche como ésta, una noche malagueña.
He de admitir que el lugar, por lo poco que he visto me ha enamorado. También he de añadir que siento un gran amor hacia toda tierra que desconozco y todo aquello que pueda a prender y asimilar de dicho lugar. Todas las experiencias que allí pueda compartir, los matices varios en cualquier aspecto que difieren de los de cualquier otro sitio.
Sí, estoy encandilado y espero volver más a menudo, siempre en épocas ivernales pues no estoy tan absorto como para venir a consumirme por el calor característico del lugar, ¡pardiez!
El cielo ya clarea, supongo que es hora de intentar dormir de nuevo, aunque sea un sueño breve.
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