Blood Letters...

jueves, 14 de enero de 2010

emoBOY

Recuerdo cuando lo vi aquella tarde gris. Estaba en el centro comercial con mi familia haciendo las compras navideñas cuando enfoqué mi mirada a una tienda, Vans. Me llamó la atención uno de los modelos que ahí estaba expuesto. Lo estuve mirando hasta decidirme que quería ese par de zapatillas para navidad.

Corrí hasta donde estaban mis padres, pero como de costumbre, les perdí la pista por mirar el escaparate y ahora me encontraba perdido. Llamé con el móvil pero ni mi padre ni mi madre ni mi hermana Sue tenían cobertura, qué fastidio.

Me senté en un escaparate frente a la tienda de Vans escuchando música con mi mp3 esperando a ver a mis padres y ojeando de tanto en cuando la tienda.

Algo ha cambiado, noto algo diferente en el escape. Agudizo la vista para ver qué ha cambiado y veo que las zapatillas que quería ¡no están!.

Me aproximo al escaparate para verificarlo cuando de pronto veo a un chico salir de la tienda con una bolsa en manos. Su pelo negro azabache, tapando parte de su rostro con el flequillo lacio cortado en diagonal. No pude ver mucho más de él, en mis pupilas sólo retenía la presencia de negros y blancos en su ropa y el rosa de sus guantes.


Sería por chicos con su estética, ahora los había prácticamente por todas partes. Y si no eran de su estilo, había otras estéticas diversas, tribus urbanas, en las que algunos integrantes llevaban pelos semejantes, o al menos a mí me parecían casi todos iguales.

Una hora más tarde me encontraba en el coche de camino a casa, el cielo se había ennegrecido un poco y amenazaba con dejar caer una tormenta en cualquier momento. Por suerte pude tener las zapatillas que quería, el número que el chico emo de antes había pedido sólo les quedaba en el escaparate, pero mi número seguía en el stock.

Al llegar a casa me puse a buscar por Google cosas sobre el estilo emo. Pude leer infinidad de cosas con la misma base absurda y seguramente falsa, algunas que antaño se les atribuía a los góticos tales como "mostrarnos nuestra propia oscuridad", "deseos de suicidio", "sentimientos de dolor ante esta vida injusta"... ciertamente acabé riéndome con el gran número de parodias, imágenes en contra de ellos y demás mofas o burlas que invadían el ciberespacio. En cambio otras fuentes daban una explicación mucho mejor de cómo surgía ese movimiento musical que acabó generando una estética que ha ido evolucionando cogiendo tendencias de otros estilos hasta lo que tenemos hoy día.

Al día siguiente, saliendo del conservatorio donde toco violín y piano pasé cerca de una plaza llena de chicos y chicas con una estética alternativa. Chicos con pelo negro y rojo, otros azul o verde y chicas pasando de rubias a morenas sin olvidar las de pelo fucsia.
Tal gama de colores entre sus pelos y atuendos casi me abrumaba, no comprendía muy bien la finalidad de su estética, ¿qué pretendían mostrar? ¿qué querían transmitir?

Desde entonces fuí conociendo gente por internet con una estética a la que a mí me gusta llamar alternativa, ya que existen tantas variedades, tantas prendas que según cómo las lleves son un estilo u otro que antes de cagarla, prefería callar y tenerles por lo que realmente son, chicos con estética alternativa a la que estamos acostumbrados.

Hice gran amistad con Josh, un visual que casualmente vivía 3 bloques de piso al lado mío y su mejor amiga Cárol, una chica que tanto podía vestir en plan Pin up, como Cyber goth como lolita.

Cuando quedaba con ellos me presentaban gente de su royo a la que parecía chocarles un poco ver que un chico corriente con una estética entre pijo y sk8 pudiera encajar entre heavys, goths, punks, lolitas, visuals, cybers, kodonas, emos, scene...

La única estética con la que veía que encajaba era con la "moderna", la que recientemente se convirtió en lo más entre la gente alternativa y la que no.

Por lo que me han contado y he podido ver por fotos, muchos han pasado de ser heavy a emos, luego a góticos, luego a modernas, otros han sido emos, luego punks y finalmente modernas... y así infinidad de variantes.

A eso lo llaman ser possers, gente sin estilo que se va adueñando de estéticas como moda pasajera, algo que no agrada pues dan mal concepto al estilo con su conducta.

Pasado ya un tiempo, todavía con el frío invernal pero con la proximidad del buen tiempo.

;Cárol iba a celebrar su cumpleaños Jossh pensaba en prepararle algo especial. Sabiendo que a ella le pierden l emitoo Jossh quería contratar a u boyys con dicha estética, pero no encontramos ninguna compañía que tuviese modelos de tales características.

Se acercaba la fecha del cumpleaños y por la calle vi a un grupo d lolitaas kodonaas y u aristocraat paseando como si fueran una familia del siglo XIX. Al principio me hizo gracia, pero realmente la ropa era preciosa y los gestos que adoptaban parecían casi de actores profesionales rodando un película ambientada en el Londres de 1839. Me sumergí en mis pensamiento imaginándomme con ropa de época... me llegué a vislumbrar como una especie d Lestaat, tocando el violín con ropa renacentista o incluso tocando un clave con las ropas de la corte de Luís XIV de Francia.

De pronto un choque me devolvió a la realidad. El chico con el que me topé ni se molestó en disculparse ni pararse. Al girarme pude volver a ver a aquel chico del centro comercial.
Esta vez pude quedarme mejor con su figura, y sus facciones aparecían mejor detalladas en mi mente. Lo estuve siguiendo un rato hasta que entró en una calle poco transitada donde sería obvia mi persecución. Ese chico me obsesionaba.

Llegó el día del cumpleaños d Cároo Jossh encontró un modelo apropiado para la ocasión casi a último momento, me dijo que era un autónomo que le habían aconsejado.

La fiesta concurrió con normalidad hasta que llamaron a la puerta. Mi asombro no podía ser mayor cuando el chico en la puerta era él, mi obsesión, mi tortura.

Al principio se movía con aires d vulnerabilidaad, casi parecía un niño de 12 años por su baja estatura y el blanco de su piel. A medida que avanzaba iba desprendiéndose de su chaqueta, bufanda y demás complementoos ligeros hasta que llegó Cárool.
Su actitud cambi completamenttte, se movía al compás de la música restregando su figura en el cuerpo de l cumpleañerra haciendo que se sentase. Cuando se quitó la camiseta no puede evitar desear tocar ese cuerpo poc fibraddo, pero tan atractivo que tenía.

Tuve que ir a por una copa para dejar de mirar, me estaba poniendo realmente enfermo en el buen sentido de la palabra. A la vuelta el chico estaba quitándole la falda Cárool con los dientes, mi cordura tocaba fin.

A día siguiente tenía una resaca tremenda, recordaba escenas de la noche anterior muy borrosas y  seguramente desordenadas. Tenía nauseas y malestar general.

Repasando las fotos vi que el chic emmo estuvo bailando un poco con todos. En una salgo yo chupándole el cuello, eso debió s problemáticco para él. Más tarde, hablando por e messengee Cárool me advertía de cómo me pasé en su fiesta, me dijo que estuve casi acosando Mikki, el chic emmo que hizo e shoow, y que cuando s fuué a ella la estuve llamando zorra porque se lo podría haber tirado. me sentí muy avergonzado.

Recibí una invitación en e messengeer, no recordaba haberle dado mi dirección a nadie. La foto que tenía era la de un perrito, la que viene por defecto en e messengeer y en s nicck ponía "desde l bibliio, sigo si interneet".

En l conversacióón descubrí que era un chico con el que entabl conversacióón anoche en la fiesta, pero no quería ni darme detalles ni de cómo vestía, ni su nombre ni nada. M diió su número de móvil y quedamos en vernos algún día, pero me daba miedo llevarme alguna decepción.

El chico ese e gaay y yo me consideraba bisexual, aunque últimamente sólo fantaseaba con e emmo. Definitivamentte prefería dejar correr el tiempo, y así lo hice. pasaron los días...

Saliendo de conservatoriio oí que me llamaban"Matíaas" a lo lejos, pero no reconocía la voz. me quedé inmóvil esperando ver algún rostro conocido cuando alguien, de pronto, me tapa los ojos por la espalda.

- ¿Quien soy?
- No lo sé, no recuerdo tu voz.
- Bueno, había mucho ruido esa noche.
- Eres...?
- Sí, soy el d mésengeer, al que a penas hablas...

Pude sentir la molestia en su voz. - Sí, pero sigo sin saber quién... - Noto cómo me soplaba en el oído con ternura, me estaba haciendo cosquillas. - eres...- Dije con las pocas fuerzas que me quedaron tras eso.

- Pues vaya, en la fiesta parecías muy interesado en mí, hast Cárool me lo dijo.
¿Cárool? ¿Te hablas con ella? Claro, sino no habrías ido a su fiesta, qué tonto...
- Sí, hablo con ella, pero... la conocí en esa fiesta, como a ti... que vaya chupetón me hiciste.
¿Mikki?
- Has tardado, ¿eh?

No podía ser, cuando las manos se quitaron de mis ojos y me giré ahí estaba él, delante mío y yo  seguramente con expresión estúpida. Imperdonable, ciertamente tendría que haber quedado el primer día con él.

Mientra paseábamss Mikki me contó que de pequeño, cuando se columpiaba en el parque algunos hombres se le acercaban diciendo que les acompañase. Unos sólo le hacían fotos, otros le tocaban y otros
no resistían la tentación de la carne. Eso le hizo disfrutar poco de su infancia y desinhibirse con los temas de sexo y demás. Cuando creció se apuntó a teatro y danza y para ganarse dinero, al ver lo mal que estaban
las cosas decidió hacer d streapeer. Me contó que normalmente se viste de noble renacentista en pla aristocraat para interpretar a un vampiro cuando lo contratan, pero al pedir que fuese d emmo lo tenía fácil
para encontrar ropa y complementoos en el armario. Su vida realmente había sido difícil en comparación a la mía, pero parecía feliz.

Llegamos a su portal y me invitó a subir a tomar algo caliente, l temperaturaas aún eran muy bajas en la calle y accedí a subir.

Sus padres no estaban en casa y me invitó a una taza de chocolate. Pusimos la televisión mientras lo tomábamos y yo, de vez en cuando, me maravillaba con sus facciones faciales y ojos azules.

Le conté las 2 veces anteriores a la fiesta en las que le vi, entonces caímos en la cuenta que ambos llevábamos las mismas zapatillas en ese momento, nos hizo mucha gracia.

Su sonrisa sólo podía compararse a lo atardecerees otoñales, o las largas noches de tormenta a la luz de las velas con el susurro de la lluvia de fondo y los oportunos truenos como platos en un orquesta. Sin darme cuenta de cómo, le estaba besando. Su lengua se deslizó por mi cavidad bucal casi al instante y comenzó a inspeccionarla esperando encontrar mi perpleja lengua que no tardó en sumarse a la coreografía.

Mis manos fuero directamentte a su rostro mientras que las suyas fueron a mi cuello y pecho. Estábamos excitados y eso sólo podía llevarnos a una situación lógica, dí gracias mudas de haberme duchado antes de ir a conservatoriio.

Cuando nos separamos casi con habilidad felin Mikki se quitó la camiseta dejando ver su maravilloso cuerpo y se colocó sobre mí. Mientras yo le mordía el cuello magreabba su firme trasero él desabrochaba mi cinturón. Sentía sus gemidos cada vez k mis dientes apretaban contra su piel. Él empezó mordisquearmme el cartílago de la oreja y a repasar su contorno con la lengua, ¡me estaba atacando donde más me excitaba!

Cuando se separó pude quitarme mi sudadera y camiseta. Su pantalón desapareció casi tan instantáneamente como el mío.

Estábamos e boxeer los 2 y él adoptaba una pose de ataque, no sabía si de un perro, un gato o un ratón, pero estaba adorabl gruñenddo con s vocecillla.Se lanzó sobre mí y empezó a morderme allá donde podía, yo sólo podía responder con gemidos y algún arañazo con el que él reaccionaba. Empezó a masturbarme por fuera del boxer, yo estaba en la gloria.
De pronto veo que coje mi cartera del pantalón y sale corriendo.

"Píllame si la quieres" fué lo único que dijo con tono burlón. Al principio me asusté, pensando que todo esto era una trampa, pero vi cómo esperaba en el marco de la puerta del pasillo a que yo me levantase.

Estuvimos corriendo un rato casi desnudos por su casa hasta que misteriosamente acabamos en su cama.

Ahí estaba yo, acariciándole mientras él restregaba su paquete contra el mío y me mordía el labio inferior. Una de mis manos decidió ir a por todas agarrando su poya. Cuando oí su leve jadeo comprendí que
estaba esperando a que yo tomase un poco las riendas, y eso hice. Mientras le masturbaba le dejé tumbado boca arriba mientras yo, sobre él, besaba su cuerpo en un recorrido descendente. El paso del pecho al ombligo le causó varias contracciones por las cosquillas, y cuando por fin llegué al sitio deseado, me quedé mirándole, su cara pedía mucho más de lo que le había dado, y lo quería ya.

Introduje su poya en mi boca con suavidad y me dediqué a chuparla con esmero. Mi lengua hacía círculos en su glande antes de que mis labios descendiesen por toda su longitud para volver a subir.
Cuando saqué su poya de mi boca la seguí lamiendo de arriba a abajo y a ratos la rozaba con mis labios efectuando los mismos movimientos, me encantaba el sabor que tenía.

Al acercarme a su boca para besarle se las ingenió para dejarme a mí abajo y comerme la boca para luego descender con su lengua hasta la goma de mi boxer. Una vez ahí, con sus dientes, empezó a bajármelos
dejando a la luz mi poya. Se acercó lentamente y empezó a lamerla desde la base hasta la punta. Jugueteó con la punta de su lengua en mi glande hasta que se decidió a metérsela de golpe en la boca.

Pude sentir la aspiración y los movimientos que efectuava con su boca en mis genitales, a penas me lo podía creer, era casi como tener una aspiradora succionándome. Pude notar cómo me mordia suavemente
la poya mientras bajaba, una sensación bastante rara pero muy agradable, parecía tener ya experiencia. Cuando se sacó la poya de su boca me empezó a masturbar lamiendome la punta, parecía que quería que
me corriese, pero yo no estaba dispuesto a dejar mi listón tan bajo la primera vez que lo hiciésemos.

Me coloqué sobre él y sujetando ambos penes con una mano, nos masturbé simultáneamente mientras le mordía la oreja, cuello y labio inferior por órden. me separé un poco y él se metió unos dedos en la boca, tragué saliva.
Puso esos dedos en su entrada y empezó a introducirlos poco a poco dejando escapar unos gemidos sordos por su boca. Yo mientras tanto, lamía su pecho mientras con una mano me masturbaba a mí y la otra a él.
Era increíble, estaba haciendo realidad una fantasía sexual que nunca esperé que pudiera realizarse, y en ese momento caí, ¡condones!

Mientras mi boca succionaba su falo, mi cabeza pensaba en que si él no tenía condones no podríamos  terminar de follar, porque yo no llevaba ninguno, al sacarme su poya de la boca lo dije en alto. Él respondió que tampoco tenía condones, pero que igualmente él no tenía ninguna venérea, se levantó de la cama y fué al cajón de su mesita. Me sacó unas hojas de análisis de sangre de hacía un mes.

A mí me bastó, pero yo no llevaba credenciales de mi estado de salud pero a él no le importó, tras chupar 2 de mis dedos los llevó a su ano y los empujó hacia dentro mientras me decía que se fiaba de mí, que no creía
que yo fuera a querer pegarle algo y que si tuviera algo que pudiera pegarle a alguien llevaría siempre protección encima. Cuando acabó la frase mis dedos estaban en su interior, tan cálido y estrecho...
Primero los separé un poco para dilatar la entrada y luego los fuí moviendo haciendo circulitos para estimularle desde dentro, él mientras me pajeaba y besaba con ternura....

Me dejó tumbado boca arriba en la cama y él se colocó sobre mi erección palpitante, ansiosa por su calor. Fué descendiendo y pude notar cómo sus puertas eran asediadas por mí, lenta y dolorosamente.
En su cara había dibujada una mueca que rápidamente ocultó de sonrisa, siguió bajando hasta tenerla toda dentro de él. Dejó caer su cabeza a la altura de mis hombros y sentí su respiración en mi pecho.

Yo le acaricié la espalda para que no se preocupase, no quería que con el estrés se forzase a algo que no quisiera o pudiera. Me miró a los ojos queriendo decirme algo, pero no supe descifrar el mensaje.
Noté que hacía fuerza con su vientre para estrechar su entrada, su musculatura hacía fuerza para apretar mi pene dentro de él, y entonces se movió, de arriba a abajo lentamente siguiendo un compás imaginario.

Su poya seguía dura, eso me agradó porque así podía masturbarle mientras le penetraba. Cada vez el ritmo era más rápido, me estaba extasiando. Él dejó de moverse ya que yo bajo él podía sacudirle con la fuerza y velocidad necesarias.
Al rato nos cansamos de esa postura y le dejé a él boca arriba sobre la cama, con sus piernas reposando en mis hombros mientras yo le penetraba arrollándole con todo mi cuerpo.

Podía sentir el fin acercarse y él parecía esforzarse para no correrse, decidí besarle para distraer mi mente con los movimientos monocordes de la lengua pero él apretó con mayor fuerza el intestino causando mayor presión en mi pene. Estaba casi al punto de correrme, pero no quería que fuese tan rápido, no quería pensar en tener que recoger, vertirme y marcharme de su casa, no quería que acabase este momento tan deseado.

Miki bajó sus piernas de mis hombros quedándose abierto con una gran elasticidad, dijo que me corriera mientras se masturbaba muy lentamente, parecía que él también llegaba al final. Empecé a embestirle más fuerte, la cama se resentía a cada sacudida que daba y yo ya estaba en mi límite, sentía que iba a correrme y tras avisar, cuando fuí a sacársela, Miki me rodeó con sus piernas dejando mi poya aprisionada dentro de él.

Se abrazó a mí y siguió moviéndose mientras me susurró "déjame algo de ti en mí hasta que te vuelva a ver". Eyaculé dentro de su cuerpo y él al poco derramó sus fluidos en mi pecho y vientre.

Esa fué la primera de muchas más quedadas con Miki.

-------------------------- Esta historia no atañe personajes ni situaciones reales, sólo es un relato homoerótico de mi invención.

NaiT

3 comentarios:

Nightmare dijo...

No entiendo por qué, cada vez que corrijo los fallos del texto original (escrito de madrugada ^^U) vuelven a aparecer al cargar el texto =S

Moka H. dijo...

Me encanta *-* Super bonita la historia y si, también super excitante joder >_<''
Me ha recordado a Queer as Folk.

En serio, me encanta como escribes.

Castle dijo...

Diosss si queer as folk...

Me ha gustado mazo :)