Me llevo unos preciosos recuerdos y un gran concepto de este lugar, realmente una maravilla y fielmente recomendable.
El problema es que no puedo quitarme el sabor amargo de la boca que no proviene del vino ni de ningún otro manjar.
Es un sabor que proviene de lo más profundo de mi ser, una angustia que siento cada vez que haltan breves horas para perder de vista a mis padres.
También he de decir que me he autodesgastado entre comidas de cabeza sin sentido, pero no es razón para flaquear.
Tengo varias cosas que resolver todavía y espero poder tras haber librado lastre inservible de mi alma en este breve pero intenso curso de clarividencia donde el único maestro ha sido la experiencia.
Me apena saber que hay personas que no volveré a ver en mucho tiempo... por suerte los momentos con vosotros han quedado grabados a fuego y no permitiré que se pierdan en absoluto. También me apena ver que soy un breve consuelo para mis padres, aunque no es todo...
Lo que más me afecta es saber que no estoy dando todo de mí, que podría hacer mucho más... Estando en una situación delicada he de discernir en cada momento las regañinas para dar y luego a cambio recibo compensaciones que terminan por causarme desesperación al no sentirme merecedor o al no saber cuándo podré compensar esos gastos o esfuerzos...
Odio lo egoísta que soy, pero es de lo poco que a momentos llega a salvarme y sinembargo no es suficiente. Aún me queda harto camino por recorrer en el proceso de la madurez.
Quién soy, quien ha escrito hasta ahora, escribe hoy y seguirá escribiendo mientras mi pecho lata ha sido fruto de 2 personas maravillosas que me desquician. A veces me gustaría poder ayudarles en lo que debo de mejor manera, saber expresarme mejor o lograr alguna forma de trasmitir conceptos, ideas diréctamente en ellos o simpleente labrar el potencial suficiente para que mis palabras realmente tuviesen efecto.
A momentos la presión por concebir la situación completa, todo cuanto se nos echa encima, la inestabilidad que ocasiona la dichosa crisis, el futuro tan incierto y a la vez peligroso que nos aguarda... muchas veces siento la necesidad de convocar mares en mis ojos para agotar esa agonía.
Supongo que pronto será el día en que tenga que renovarme tras el llanto que aguarda impaciente por salir. Frustración, dolor, preocupación, recuerdos, fantasías truncadas, felicidad, cariño... todo cuanto hay reprimido. Por supuesto no es todo malo, pero sí en su mayoría.
Bueno, va siendo hora de acostarme para descansar un poco. Ya pronto acabará mi última noche para dar paso al que será mi último día en Málaga; y de verdad que no quiero irme, pero también deseo volver a Palma con los míos, con él.
Venir aquí ha sido como empezar una nueva vida... estoy exhausto y lleno de energía, feliz y triste... supongo que mi bipolaridad no se solucionará así como así (xD)
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