¿Qué nos hace realmente especiales?
Me parece un poco triste tener que depender de que otra persona nos lo diga o nos lo haga sentir, y más cuando eso no perdura.
Cada vez me planteo con más frecuencia el poder de las palabras y su gran decadencia. Pero si fueran sólo las palabras... Desgraciadamente los hechos, los gestos para/con nosotros también les acompañan.
¿Cómo poder prometer en un mundo de incertidumbres? He aquí una de las grandes hipocresías humanas pero de la que no podemos culpar a nadie pues nunca se sabe qué puede ocurrir o como sucederán los hechos.
Llevo días de apatía y desgana por el mero hecho de estar enfermo, lo que hizo que la presión se apoderase un poco de mi juicio y me desalentara de cualquier cosa. Hasta mi notoria lujuria se vio afectada por éste suceso.
Algo en lo que he pensado mucho es en cómo alguien de escasa autoestima se puede perder en la vanidad. La respuesta es simple, supervivencia. Por suerte mi vanidad sólo se limita a mantener un orden e impedirme cometer ciertas bajezas por desesperación.
Me miro al espejo y no veo más que a un triste amargado que lo tiene todo menos lo que quiere y se alimenta de esa desgracia. Luego vuelvo a mirar y veo a ése que consigue de alguna forma encender el deseo en alguien. Cuando desvío la mirada y la vuelvo al cristal, ya no soy capaz de ver nada.
Conocerme es un proceso que lleva toda una vida y que para ello me esfuerzo en conocer y comprender a otros, hallando así una parte de mí a la colección, pero... ¿quién me comprenderá a mí?
Sí, en muchas cosas me comprenderéis al igual que yo a vosotros, es la magia de la empatía y sé que yo tampoco seré capaz de comprender del todo a nadie ajeno a mí, no hasta desentrañar todos los confines de mi propio ser. "Conócete a ti mismo y podrás conocer a otros, pero no te podrás conocer sin conocer a los demás."
Mis fuerzas perecen pero no de forma pesimista, ya que en verdad será un alivio deshacerme de tal carga.
Mis sentimientos una vez ya fueron apartados y aislados a una pequeña forma de piedra que guardo con recelo hasta que algún día encuentre a alguien que me anime a rescatarla del olvido que constantemente acude a mis pensamientos.
He aguantado muchas situaciones y cada vez aprendo a sobrellevar más sin mostrar debilidad o mostrando sólo la necesaria para no parecer tan frío o despiadado. Si alguno supiera las cosas que pienso y que he llegado a decir a alguna gente... Unas dagas afiladas cargadas de verdad sin miramiento alguno.
Me gusta la sensación de paz que siento en mí ahora mismo, la tranquilidad y la capacidad de pensar sobriamente en la vida, el universo..... y debatir sobre ello por méssenger.
Estoy aliviado conmigo mismo pese a que en el fondo de mi ser mora una tormenta que pronto se hará presente. La calma previa al desastre...
Siento pena por aquellos que lo quieran intentar, aquellos con quienes quiero intentarlo... quienes creo que podrían aportarme algo... Pero en verdad siento más pena por mí al saber que no podrá hacerse realidad nada de cuanto tengo en mente, nada de cuanto desearía, nada por lo que he perdido las ganas de luchar.
Una parte de mí muere, lleva mucho tiempo muriendo y por fin parece retorcerse verdaderamente de dolor, o al menos lo hace tras una breve tregua. No sé si honrar el hecho haciendo algún pacto con supuestas fuerzas superiores para ver si en verdad un hombre puede entregar su alma o parte de ella a la oscuridad, si puede venderse a la perdición.
Lo más extraño de todo es sentir como si mis piernas dejaran de ser parte de mí mientras escribo esto, es realmente curioso.
Llevo tiempo aguantando faltas con voz muda, pero pronto hablaré para acabar con todo aquello que no debió haber empezado y en algunos casos jamás ha sido en verdad.
Perder el apetito de lo que más te gusta es una privación más que inoportuna, desagradable. Por ello tendré que fomentar el apetito por otras cosas que me puedan llegar a alentar de alguna forma.
Y pensar que hace unos meses hablaba con ilusión de poder "formar contrato" con alguien.... y hasta la tinta de mi piel se desvanecerá antes de que aparezca alguien digno, no de mi "magnificencia", si no de mi tiempo, mi respeto, mi cariño o mi amor.
Uff, amor, cada vez son más pronunciadas las arcadas que me entran al concebir tal concepto y a la vez, soy capaz de enumerar las grandiosas cualidades y maravillas que tras esa palabra se esconden. El soberano poder del sentimiento humano, la capacidad de hacer cualquier cosa por otra persona, perder la cabeza en un estado de sobriedad total, o sentir la cordura dentro de la enajenación mental.
¡Qué contradictorio es todo cuando tus deseos se parten en dos! ¿Qué hacer cuando lo que más quieres se vuelve lo que más odias? ¿Cómo combatir a un rival que se hace más fuerte en ti y que no es más ni menos que la vida?
Toda experiencia, toda persona que por ella pasa, cada palabra, cada mirada, cada gesto, todo cuanto nos ayuda a ser quienes somos, todo cuanto nos enseña, todo cuanto nos cambia y nos fortalece... No se puede luchar contra lo que tu cuerpo, tu mente y la vida misma te pide. ¿El corazón? Él, al que más habría que escuchar en estos asuntos, desgraciadamente es quien no posee la palabra.
El sacrificio es para los necios, eso ya lo he visto. La espera para los estúpidos. Las ilusiones para los incautos. Los sueños para los perdidos. El amor.... el amor es para todos, pero yo no quiero formar parte de ellos.
Seguir vivo es un gran regalo y no siempre lo valoramos como debiéramos. La verdad es que agradezco la fortaleza que tengo y poder mantener la cordura en ciertas situaciones. Agradezco poder ser parte de la solución de algunos problemas y agradezco poder servir de apoyo a quienes me necesitan.
Verdaderamente, aunque el texto pueda demostrar lo contrario, estoy en paz conmigo mismo, más ahora que he tomado una decisión sobre algo que me distrae, perturba, hiere y enloquece.
NaiT
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