… y entonces, borracho de sobriedad, me percato de la falta de poder que tengo, el poco influjo que ejerzo sobre las mentes y los cuerpos de cuantos me rodean en éste páramo obsceno y lleno de vicio.
Carisma mediocre para un atractivo paupérrimo. Aquí estoy, solo y sin aduladores acompañado por mi copa y mi incesante soledad.
¿Será por autocontrol o falta de apetito?
Sólo observo cómo el resto se devoran mutuamente mientras mis más primarios instintos son sedados por la misma decepción que siento al ver hasta qué punto podría llegar a rebajarme.
¿Podría ser esta una carrera sin competidores?
¿Sería yo el “codiciado premio” observando desde su vitrina lo que sucede a su alrededor?
Sí, eso haré. Una competición de la que nadie sepa reglas, puntuación o meta. Una carrera en la que el primero que llegue a mí elegirá si sufrir o disfrutar.
Una postura relajada para una situación cada vez más tensa. El esfuerzo no vale la pena sin unos requisitos previos. Para obtener mi interés, interésate por saber cómo lograrlo.
Hoy sólo soy capaz de amar a una persona. Alguien de quien estoy enamorado y a la vez le odio con todas mis fuerzas. Sí, hoy sólo soy capaz de amarme a mí mismo, y como veréis lo hago fatal.
NaiT
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