Blood Letters...

martes, 2 de noviembre de 2010

Chapter 25. Repentance.

Me arrepiento tanto de tantas cosas...
Pero ultimamente sólo soy capaz de autocompadecerme y arrepentirme de aquello que algunos consideran un don.

La soledad es una virtud a la que me hice afin hace mucho tiempo y aún hoy día me cuesta asimilar ese contraste entre lo fácil y lo sumamente difícil que me resulta a la vez.

La educación es una herramienta imprescindible en cualquier aspecto social, pero parece que en los tiempos que corren pocos son los galantes que mantienen las normas mínimas de respeto y cordialidad para con sus semejantes.


Reconozco que no soy santo alguno y peco mas de lo que debiera. Si alguien hay libre de pecado... pero al menos, dentro de lo puta que pueda ser procuro una mínima consecuencia en mis actos y pensar un poco antes de actuar.
No siempre es posible y a veces hasta pienso más de lo debido, pero con la práctica se llega a la perfección, ¿no?.

Ser un caballero consiste en ser noble, formal e incluso exquisito. Un caballero es respetuoso, asertivo y elegante en las formas. Un caballero es educado y actua en consecuencia a la situación y su palabra.

El caballero que veo en mí, si hay alguno, sólo es un estúpido, un cobarde incapaz de actuar y que ahoga su pasión en autocontrol. Un maldito perro domado pero sin dueño.

Ni que me hubieran dado bromuro...

Lo importante es que tengo mis amigos, y que ellos vean en mí un caballero más allá de una puta me reconforta...

Supongo que pasaré a un mayor grado de estupidez. Antes lo intentaba sin estar seguro, ahora directamente no lo intentaré y dejaré pasar entre mis dedos toda oportunidad que me pudiera estar labrando.

Menos complicaciones, ¿lograré mayor felicidad?

A veces me arrepiento demasiado de no ser un jodido cabrón.

NaiT

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