Chapter 47. Lost Inside

Perdido en el deshielo de mis recuerdos sólo algunos símbolos imperegnes muestran atisbos de aquello que alguna vez fué presente.
Imágenes congeladas que a su frío tacto arden cual metal incandescente dañándome en cada intento de sentirlas, revivirlas, recuperarlas...
Pronto llegan las cenizas de sabor amargo desde el volcán de las emociones, pasión líquida antaño conocida como sólida razón.
¿Cuánto tiempo llevo aquí?
Sólo el viento es capaz de responderme en un idioma que desconozco o simplemente prefiero no entender.



Me callo, pues no poseo palabras, ninguna es capaz de darme alivio aquí donde estoy y quién sabe si allá donde voy... ¿De qué sirven las palabras cuando todas han perdido su valor?


Palabras rotas cual cristales que se clavan en mis pies desnudos, agujas de mentiras empujadas por el viento se clavan en mi piel. ¿Has perdido tu voz subconsciente? ¿Crees que con dolor te escucharé?


Oigo los tambores de guerra una vez más, no esperaba "vivir" para sentirlos de nuevo palpitando en mi oído.
Silencio de nuevo. Sólo vibra, sólo late cuando seres pasajeros se acercan a él y luego, enmudece esperando respuestas que jamás llegan.


Al fin llego tras todo mi recorrido a las puertas del averno, mi propio y exclusivo infierno personal, una muestra del mundo que a veces desearía y en el que otras creo habitar.
Tomo aire, descanso y cuando lo creo oportuno empujo las puertas. ¿Qué hay detrás? Sólo nieve blanca y esponjosa, cielo estrellado y rosales formando paredes a los lados.


"Un laberinto" oigo en mis adentros y con decisión doy el primer paso. ¿Llegar hasta mi propio origen resolverá algo? La verdad es que lo dudo, pero nada mejor puedo hacer, sin brújula y sin destino sólo conozco el ir hacia delante, en busca de lo que ya no busco o tal vez para encontrarme a mí mismo, ése pedazo de mí que falta.


"El pasado nunca vuelve" reluce escrito con sangre al final de tan idílica tortura. Cuanto más penetro en mi ser más estrecho me queda todo, más enrevesado, desordenado, caótico y alterado.


Si miro en mis adentros, si pregunto con todas mis fuerzas ¿Qué deseo? muchas caras acudirán a mí, muchos rostros que en algún momento u otro han tapado una herida que por escondida que esté aún supuran las suturas. Podría decir que nunca me hicieron para las pérdidas, pero con todas las que he sufrido ¿Por qué sólo retengo esta?


Mejor una pérdida completa, una de verdad, antes que medias pérdidas que no llevan a ningún lugar. Aquí estoy, en ninguna parte y pese a todo he podido viajar por un mundo inmenso del que pocos pueden escapar.


No hay mejor hogar que el que reside en uno mismo, habitado por todo aquello que tú deseas, pero también por aquello que no. 


¿Qué mejor compañía que la de tu soledad? ¿Quien mejor que tus demonios para guiarte por este lugar?


Tú, quien una vez tuviste rostro para mí, tú con el que todavía sueño, tú que desgarraste mis alas cuando volaba más alto, tú que usurpaste mi nombre y vives tras mi imagen, tú que eres sólo mi incompetencia personificada y todo lo que no supe hacer, por tu culpa resido aquí con los mismos grilletes que te puse.
Y por más que te miro en ese espejo no borras esa sonrisa de suficiencia.


Sólo uno mismo es capaz de lanzarse a los infiernos por mera estupidez. Sería egoísta culpar a otro de los errores que cometes, aunque los demás ayuden en esos errores o ayuden a tu caída.


¿Por qué te reviví de nuevo? ¿Por qué te necesito ahora? ¿Por qué sólo pienso en aquello que pierdo?


¿Por qué la vida ha dejado de darme presentes y he de alimentarme de posibles futuros y dolorosos pasados?


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Cuando prefieres soñar, dormir a vivir tu vida día a día, algo malo está ocurriendo.

NaiT