Blood Letters...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Chapter 44. Torment.

¿El amor?¿ Ese sentimiento que está tan podrido que da hasta asco sentirlo por lo repugnante que puede ser la gente o las situaciones que acompañan a ese sentimiento? Mejor no creer en él...


¿Mi mayor tormento?
Sentir en este y cada momento
el vacío que llevo aquí dentro
y que por más que quiero
de él no me desprendo.



Saber que aquello que deseas no existe, que esa verdad que buscas es sólo una corrupta idea comercializada y que nadie hará realidad.


Sólo la locura me consuela, la misma medida desesperada que mantiene algún ápice de dignidad en esta sociedad superflua donde yo soy su mayor representante.


Quiero volver a creer en los valores, la fé, el honor, la dignidad, los principios, la honradez, el criterio, la moral, la dialéctica, los gestos, el amor...


Pero éste mundo sólo es capaz de pudrirse más y más y yo, sentado, sólo espero el momento cumbre de la crisis y entonces alzar mi nueva arma, la legitimidad del caos.


El terror, el horror, la destrucción, la masacre y por fin cumplir varios sueños reprimidos fundados en lo más profundo de mi odio.


 Sí, durante mucho tiempo he sentido un gran odio reprimido y no veo el momento de liberarlo.


Y aún así, cuán ingenuo y estúpido soy. A veces hasta reniego de ése odio y comienzo a sentir, a vivir la paz y felicidad que raras veces me rodea, a disfrutar de la vida que tal vez sea más efímera de lo que me pueda imaginar.


Un corazón resentido que deja de lado sus frustraciones y es capaz de sentir piedad no puede ser tan horrible. Y es que aún con todo ese odio aún creo poder sentir amor, algo que la experiencia me ha demostrado tantas veces que existe, pero no para mí.


Un amor verdadero o tal vez disfrutar de alguno placentero, no es demasiado pedir.


Se acercan tiempos turbios y mi cordura tal vez no los resista. Muchos tienen deseos de hacer cosas, de torturar y demacrar a aquellos que les han ofendido. Yo no lo hago pues sé las consecuencias y mis ambiciones y aspiraciones están por encima de la escoria que tantas veces me saca de quicio.


Cuando la pesadilla se haga realidad, cuando el caos sea la única verdad, yo despertaré de nuevo para hacer realidad mis sueños también.


Hasta entonces, seguiré esperando por un futuro luminoso, un futuro de paz y con suerte un futuro de amor... aunque sólo de pensarlo me cuesta contener la risa.


Amor, tantas ganas de sentirte y tanto miedo a hacerlo de verdad... 

NaiT

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