Blood Letters...

lunes, 25 de abril de 2011

Chapter 91. Feelings Graveyard

¿Dónde acuden los sentimientos muertos? ¿Dónde acaba la imaginación cuando ésta falta? ¿Dónde queda el recuerdo de las sensaciones que ya no sentimos?...

Al final del camino es dónde la verdad aparece con aires de magnificencia y se declara a sí misma tu juicio final. Al final del camino es cuando te paras a reflexionar toda una vida, y tras el último paso llega el último aliento.

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En un campo lleno de formas rocosas y ofrendas para aquellos que ya partieron sólo una forma bajo la lluvia destaca por las demás, una forma solitaria contemplando el que será su destino algún día.

- ¿Hace mucho que partió?
- No lo suficiente...
- Lo lamento, ¿es familiar?
- Podría decirse. Ahora descansará.
- Sólo si usted hace lo correcto.

- ¿A qué te refieres?
- La añoranza, si le pierde, no le ofrecerá el descanso a su amigo.
- Me queda la esperanza de que algún día volveré a su lado, y con todos los demás.
- Espero que no le importune, pero... ¿de qué murió?.
- No hubo una causa concreta. Con el tiempo flaqueaba, sufría y a penas podía reconocerse a sí mismo.
- Vaya, debió ser duro, ¿verdad?
- Ver morir lentamente lo que más quieres en esta vida es una de las peores torturas.
- Sin embargo todos morimos lentamente con cada bocanada de aire...
- Pero no sufrimos ése dolor, no se nos hace tan difícil como cuando te pudres por dentro.
- Será porque estamos adaptados a ése dolor. Si sufres mucho demasiado tiempo, acabas por dejar de sentir...
- Eso es lo que ocurre...
- ...
- A nadie le gusta mirarse al espejo y ver sus dones quebrándose, su reputación hecha cenizas o simplemente su rostro alterado por la putrefacción que pretende ocultar con sonrisas.
- Cierto, eso es deprimente para cualquiera, sentirse infravalorado, engañado con halagos vacíos o simplemente solo.
- Cuando estás solo te inventas tu compañía, la soledad, la desesperación... Sabes que te harán daño, pero son las únicas además de la muerte que te esperan tras cada acción que hagas, sea buena o mala.
- ¿Se juntó con alguna de ellas?
- Se juntó conmigo, y aunque se ha ido todavía no nos hemos separado...
- ¿Cómo se llamaba?
- Amor.
- Un gran sentimiento, sí señor, aunque dicen que es capaz de soportar casi cualquier cosa. ¿Qué pudo hacerlo enfermar tanto?
- Yo mismo. Yo le llevé a la tumba y ahora estoy aquí, añorando aquello que he condenado a las profundidades. Tal vez algún día me arrastre con él.
- Por mucho que muera el sentimiento de amor, no podemos separarnos de esa idea de que seguirá entre y para nosotros.
- Esta es también mi tumba. Algún día llenaré el vacío que he creado en vida, pero será con sangre.
- Es curioso. El nombre de la lápida también es el mío.
- Entonces deberías dejar de hablar solo, te tomarán por loco.
- No, está bien así. ¿Qué mejor compañía que mi añoranza o mis propios pensamientos?
- Así es como te quedarás vacío, así es como te será imposible saciar la sed, así es como un ser superior castiga a quienes rehuyen de su mandato. Así es como las personas escogen el camino del sufrimiento.
- Amén.

Deja que todo lo que te cause dolor muera, por maravilloso que sea, pues el dolor cuando aparece nubla nuestro juicio y nos hace olvidar lo más importante en esta vida, la felicidad en cualquiera de sus formas.


El amor es la forma más pura pese a que constantemente cambie de forma. Es un virus rápido de acción inmediata y de, por lo general, larga latencia del cual no existe cura, tan solo esperar. La única forma de evadirlo es dejarlo sin sustento, aislarte en un mundo propio o simplemente encerrar toda parte de ti infectada en un ataúd para seguidamente lanzarlo al olvido.


Placer, ven a mí en tu forma más lívida, enciende mi libido y apodérate de mi ser. Así tal vez ya nunca más duela.

NaiT

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