Hoy sólo quiero besarte, besarte como si no existiera mañana, como si el aire sobrara o como si nuestras bocas pudieran llegar a fundirse en una sola.
Hoy deseo verte en tu mayor esplendor y degradarte hasta hacerte dependiente de mí, alguien sediento de mi boca en un desierto de mi ausencia.
Hoy que me miro al espejo y reivindico mi amor/odio propio, hoy veo a todos aquellos que componen el tapiz de mi lujuria, cada hilo, cada momento que he labrado en mi imaginación y que algún día haré real.
Un hálito de mi desvanecida alma se muestra en el vidrio. No soy yo el que escribe pero ahí está mi dedo. ¿puedo amarme a mí mismo cuando siento que no soy yo? Mi amor se limita al egoísmo, a empezar a pensar en mi bienestar, ¿podré con ello?
Mi propio reflejo parece burlarse de mi intención, pero si la máscara que cubre el dolor ha de ser la de la crueldad, así sea. No más debilidad y seguramente eso limite la bondad.
Ya lo decían los Hedonistas, la felicidad está en la culminación del placer. Mi propio placer será la virtud a la que me aferre. ¿quiénes quedarán fuera de mi vida? Ellos mismos lo verán cuando no me compense la situación, su presencia agotadora o sus constantes faltas.
Si cedo mi energía a alguien será a quien lo merezca o me compense, estoy harto de ser el gilipollas con cara condescendiente. Ahora seré la maldita cara condescendiente que habitará vuestras pesadillas con indiferencia.
NaiT
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