¿Cómo es la partida?
Hace ya días que mi abuelo yace enterrado pese a no ser ése su deseo, lo cual te hace plantearte bastantes cosas.
Las circunstancias dominan nuestra existencia, las oportunidades y sobre todo los deberes...
¿La muerte? Sinceramente no me quita el sueño, es algo tal vez demasiado aceptado o demasiado reprimido, a saber. Llevo desde mi tierna infancia contemplando muerte o martirizándome a mí mismo con esa idea hasta convertir el fin de los días en otro amanecer más. El último sólo cuando eres cosciente de que lo es...
Mi visita a Menorca debía limitarse al entierro, pero... Las cosas están mal y empeoran con mi falta. No quiero renunciar a mi vida en Palma, no quiero renunciar a esta nueva vida, pero tendré que renunciar a ella por unos días hasta que mi padre esté mejor.
Contemplar cómo sufre en silencio, cómo su determinación se ve enturbiada por la situación... es como un reflejo de mi propio futuro. A momentos parezco ser la única piedra angualar a su alcance con la que entablar conversaciones en silencio y con quien desquitarse...
Realmente le admiro y más ahora que soy capaz de comprender mejor sus motivos, desde un punto de vista más objetivo y dejando de lado las diferencias que hemos tenido y por las que en su momento dije "te odio".
Dependemos de él, de su conocimiento, de su templanza, de su cordura...
En cuanto mi madre... no voy a sacar a relucir trapos sucios y menos en internet. Sé perfectamente cuantísimo bien desea hacer y me duele muchísimo ser incapaz de enseñarle la forma de hacerlo, pues su forma de ser y actuar... no da el mejor resultado...
Paciencia... y tal vez con ella entregar mi propia energía. quien sabe si es eso lo que me agota tanto de esta casa, tal vez estar aquí me debilita para templar el ambiente. Si es así, orgulloso estoy, pero haciendo ademán a mi egoismo, no es esa función la que quiero desempeñar, no es ése el destino al que me voy a someter.
No quiero ni voy a ser un complemento de una convivencia inestable, ni un solucionador de prolemas emergente a una vida de ignorancia hacia el don que representa la empatía.
sé que es lo mínimo que les debo y por eso estoy aquí. Pero mi gratitud no puede costarme mi vida, no lo voy a permitir.
Estoy contando los momentos que falten para volver a estar junto a él... pero mientras tanto, debo intentar arreglar un poco las cosas aquí, lo suficiente como para que mi padre mejore, pues a él no le podemos perder, no en mi casa que tanto dependemos de su bienestar y su salud precisamente no es buena.
¿Servirá mi frialdad para las ideas absurdas que brotan en mi mente?
Supongo que el tiempo dirá poniéndome en situación.
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Imágenes grotescas de un fallecido tras verlo en reposo. Y sin embargo la carencia de reacción por mi parte es mi única sorpresa. Una triste y macabra sorpresa...
Vivimos constantemente nuestra propia muerte y tan sólo morimos cuando dejamos de morir.
NaiT
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