A veces siento que debería entregarme a esas venganzas de corazón y destruir tanto como me sea posible, tanto como esté a mi alcance, pro en el abismo de mis pensamientos veo lo difícil que es luchar contra ello y seguir adelante como si nada hubiese ocurrido y me maravillo con esa visión, sobreponiéndome a mis demonios y dejando relucir esa débil luz que todavía conservo.
Pero el deseo de sangre es tan grande y la satisfacción tan certera... Aunque con el tiempo sepa que una parte de mí llorará por mis pecados, el placer del "ahora" es lo que más me atrae.
Porque no hay ángel envuelto en tinieblas que no caiga presa de la locura. Y esos tiempos quedaron demasiado atrás... ahora sólo hay sangre y venganza, sangre y venganza... y una fuerza incontrolable que pretende guiar mis pasos tal vez, una suerte fortuita que me asegura que alguien de arriba detesta algo de mí.
13/08/2011->
"Me pregunto por qué las personas son tan auto-destructivas, pero no encuentro la respuesta.
Es nuestra naturaleza, somos salvajes.
Pero es terrible hacerse daño a uno mismo ¡y más sabiendo que es perjudicial! No entiendo esa falta de respeto...
Cuando te hacen daño, cuando ves la realidad que mueve el mundo y cuando flaquean tus fuerzas piensas en destruir. Destruir el mundo y todo cuanto te rodea, destruir todo lo hermoso y lo horrendo también. Destruir es lo fácil pero... ¿y reconstruirlo? Tras una catástrofe es difícil devolver la normalidad... Es entonces cuando deseas desaparecer y te dañas a ti mismo. Uno es capaz de recuperarse, uno sabe que tarde o temprano se recuperará y que es más fácil que se recupere una persona que esperar a que se recupere el mundo entero.
- ¿Por qué te haces tanto daño?
- Porque el daño que le haría al mundo...
- Tal vez así cambie el mundo.
- No haré la prueba, hay muchas cosas hermosas que merecen existir por encima de mi rabia, yo me recupero muy rápido, el mundo tarda años..."
Sólo sé llegar una y otra vez a esa misma conclusión...
NaiT
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