Es una apacible noche de Agosto. Puedo sentir la leve brisa que entra por la ventana y la incipiente somnolencia que se acostumbra a estas horas.
Mi nombre es Christian. Algunos me conocen por Chris, Jota ("J"), NaiT o incluso por J.C. ("jotacé") aunque las razones de mis motes son otra historia.
Como muchas otras veces voy a plasmar aquí mis pensamientos, aquello que siento y que de alguna manera vivo; y es que mis reflexiones muchas veces comienzan a raíz de una conversación...
Anoche hablé con un querido amigo con el que tras un tiempo moderado no había hablado. Es una de esas maravillosas amistades en las que, por mucho tiempo que estés sin hablar, las cosas siguen ahí porque nos conocemos, nos entendemos y nos apreciamos.
Por la distancia no hemos podido "convivir" tanto como querríamos, pero es agradable saber que pese a la distancia nos conocemos.
Más aún incluso, me sorprendió ver que sumando aquello cuando conoce de mí a todo cuanto trasmito mediante la red, fue capaz de ver una evidencia que llevo gritando a voz muda desde hace mucho tiempo...
Agradezco sobre todo que por su carácter tuviera el valor de decirme llanamente aquellas palabras que, por lo visto, resonaban en mi mente sin producir mayor eco hasta que las he "oído" desde fuera.
Esta entrada cumple la función de agradecimiento, confesión y, de alguna manera, de aclaración.
Como todos sabemos, la vida no es siempre tan buena como querríamos. Surgen problemas, obligaciones, responsabilidades, sacrificios, elecciones... pero eso la hacen más entretenida.
Hace mucho que arrastro ciertos complejos. Los llevo de la mejor forma posible pero, por mucho que te lo tomes todo con humor, una parte de ti se desgasta.
Por cuestiones familiares y económicas no me veo con la libertad de hacer tanto como quisiera, hasta ahí normal, ¿verdad?
Realmente toda esta situación, ya sea por arrastrarla tantos años o por limitarme a cuanto vivo, me parece algo totalmente común y sin mayor importancia pese a sus más y sus menos.
Al fin y al cabo, parte del problema soy yo asumiendo una responsabilidad para/con los míos por sentirme en deuda con ellos.
La verdad es que llevo unos meses difíciles en los que mis motivaciones e ilusión menguan. Hace mucho que tiro de "pequeñas cosas" para sentir esos soplos de alegría, esa "felicidad" momentánea. Me hago promesas y sueño con futuros inciertos que, por cómo avanzan los hechos, parecen cada vez más irreales...
He renunciado a muchas cosas por no ser el momento adecuado, por no disponer del dinero suficiente o por tener que ofrecer cierta disponibilidad para/con los míos.
El estrés, la frustración y la tensión de ser el punto de convergencia de los problemas, el pilar donde prácticamente todo se sostiene. ¿Vanidad? ¿Egocentrismo? Tal vez... pero lo peor es ver cuanto debo hacer, cuánto quiero conseguir y que la situación no mejora...
Dejarlo todo, pasar y vivir mi vida... desgraciadamente me cuesta ser tan egoísta.
Cada vez con menos ganas de hacer nada sólo soy presa de mi voluntad. Hago cuanto sé que me alegrará un poco el día después de experimentar la situación que sea; pero ya es más por inercia o incluso por compromiso con mis amistades que por voluntad propia.
Sobrevivo... Por mucho que trate de exprimir cada momento... no me es suficiente, no termina de compensarme, no me llena...
Cuando me preguntan si soy feliz... la respuesta es: "No soy infeliz".
Vivo con la esperanza de que las cosas cambiarán a mejor, aunque sólo han ido a peor el último lustro...
Sé que la felicidad no es un estado absoluto... pero a veces me planteo si realmente lo he sido en algún momento de mi vida.
Las cosas que más me gustarían, esos pequeños detalles que te cambiarían toda la existencia... sólo se me otorgan a cuentagotas y a un alto precio.
Placebos de carencias que al final empeoran la enfermedad.
Es muy egoísta plantearlo así, pero viendo que ayer, cuanto más trataba de defender mi "bienestar" pese a mi situación, más ridículo parecía buscando excusas generalistas...
Pese a todo, estoy bien. No todo lo que podría pero todavía aguanto.
Ante la adversidad, sólo puedes volverte más fuerte... no hay otra forma de sobrevivir.
Después de soltar todo esto... creo que ya me puedo sentir mejor.
Quien quiera podrá saber un poco más de mí, quien piense cosas semejantes verá que no está solo y, en cuanto a soluciones...
Vivir es la penitencia pero también la redención, sólo viviendo el problema encuentras la solución.
NaiT
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