Blood Letters...

viernes, 16 de marzo de 2012

Un sueño, un día cualquiera...

Hace una semana desde mi última publicación y 2 desde un acto atroz, una tragedia, un error.

Para muchos hoy es un día insignificante, corriente, vulgar... Para mí es un punto de inflexión por algunos de los sucesos que hoy me aguardan y porque por casualidad de la vida, o impulsado por mi impaciencia, hoy he tenido un sueño...

No he conocido ser más cruel que mi propio subconsciente, atormentándome con imágenes y remordimientos y luego despojándome de la mismísima sensación de tormento como estrategia para evocarme a la locura.


Entiendo que no es sano dañarse a uno mismo forzando recuerdos y sensaciones que no pueden más que estancarte, pero sigo creyendo que es muy despiadado amortizar el dolor de alguien privándole de su derecho a penar cuanto crea necesario a cambio de alguna posible redención. ¿No es así como funcionan los mártires? 

Aunque claro, se me olvidaba que fuera de mi dramatismo no soy ningún mártir, sólo una persona normal y corriente que también yerra, como los demás.

¿Mi sueño? Es curioso el contraste y la exquisitez de las formas escogidas por mi mente jugando con la realidad y mezclándola con lo absurdo.

Estaba un viernes como hoy, concretamente era hoy aunque posiblemente mi subconsciente sea más sabio y sitúe el sueño en un futuro próximo en el que esté en Menorca y yo siga sin repuestas... pongamos que es principios de Abril.

Sí, estaba en la casa de mis padres, era un día corriente y tenía la certeza que una cita como la que tengo hoy también me esperaba en el sueño cuando de pronto recibo una llamada.

Previamente sé que había soñado algo más, pero sólo narraré el punto que recuerdo, el final del sueño y claramente donde más he centrado mi atención... Pero claro, sólo es un sueño...

Era él, su nombre y su número aparecían en la pantalla de mi teléfono móvil y al descolgar era su voz también. Había pasado tiempo, no sé cuánto y él parecía no tener temor ya... pero sólo era apariencia.

No recuerdo toda la conversación. Fueron trivialidades. Le pregunté por su estancia a lo que recibí una respuesta alegre y melancólica. Es lógico que su estancia ahí le era necesaria y que obviamente su partida le causará añoranza. Algunas de sus frases no sabría decir si eran impulsadas por mi conocimiento de su persona o por mis más profundos deseos, pero eran ambigüedades, cosas sin solidez, no la suficiente además de no ir directamente (y puede que ni indirectamente) relacionadas a mí.

El momento de la verdad llegó y yo le pregunté por lo ocurrido. Le expresé mi necesidad por conocer los detalles de lo que pasó y no recuerdo, más detalles para buscar una solución...

Su respuesta fue el silencio más largo, profundo y doloroso que puedo recordar. Hubo momentos en los que yo era interrumpido por terceras personas en ese preciso instante como si mi mente me quisiera ocultar algo o simplemente no fuese capaz de decírmelo.

La llamada seguía y pregunté si "él" también seguía ahí. Segundos después y con la sensación de haber oído una respiración la llamada terminó. Yo no podía quedarme así, quería respuestas y al intentar llamar yo fue el mismo sueño el que se desvaneció.

Dos semanas en las que sólo le he podido recordar conscientemente y ahora mi subconsciente me lo muestra nuevamente para recordarme que lo sucedido jamás llegará y que las respuestas que busco tampoco...

Pero las necesito si quiero mejorar, reparar aquello que no funciona en mí y aunque no pueda reparar el daño producido poder pedir disculpas sabiendo todo lo que he hecho y el por qué.

Jamás perdonaré mi debilidad. Jamás perdonaré haber ido contra todos mis principios. Jamás perdonaré haberme arrebatado a mí mismo algo que deseaba con fuerza por insatisfactorio que pudiera resultar a "grosso modo". Pero vivir con culpa eterna no es vida y aunque mi subconsciente aligera ese peso no puedo encontrar alivio sabiendo que parte de mi bienestar son trucos perpetrados por mi propia mente.

Si merezco alguna redención, aunque no sea la suya, si merezco algún perdón por ser humano y cometer errores antes necesito una explicación de lo sucedido y entonces yo mismo seré juez y decidiré mi propia sentencia.

Hasta entonces... teorías, su versión, mi imaginación, recuerdos borrosos e incompletos y sueños son lo único que tengo... Sólo quiero la verdad, no es tanto cuánto pido y alguna forma tiene que haber para obtenerla.

NaiT

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