Son varias las personas que conozco con la afición de "capitular" hechos simbólicos de su vida.
Yo empiezo casi a los 20 años con bastante desventaja, pero siempre pueden haber recopilaciones,
memórias de los hechos acontecidos hace ya bastante tiempo...
Hoy es un nuevo comienzo, un viaje dentro de la deriva que se expresa con nuestra vida.
Familia y amigos que quedan atrás en la orilla mientras yo me aproximo al horizonte donde seguiré adelante.
Me esperan muchos cambios, tanto en hábitos, como en compañía y lo más importante, en mí, física y emocionalmente.
Supongo que mis cimientos ya son demasiado sólidos como para cambiarlos de lugar, pero siempre es bueno crecer,
construir sobre lo ya alzado reduciéndolo a escombros para unos nuevos cimientos y así lograr la gran cima.
Mi tolerancia al amor ya parecía precárea pero por lo visto se puede "reanimar a los muertos". Sólo que ahora,
tras un desafortunado soplo de vida entra de nuevo en letargo aquello que jamás debería descansar; el corazón.
Motor que nos impulsa, nos alimenta, nos excita, carga con nuestro estrés y con nuestra alegría. Sí, ése mismo,
aquel que bombea sangre e ilusiones, el que nos nutre de esperanza y oxígeno, ese por el que vivimos y morimos.
Por ello los capítulos, aunque formen parte de mis "pesadillas", los encuaderno bajo "las cartas del corazón durmiente"
que es como se encuentra ahora, dormido (anestesiado) por su propio bien.
Ahora, tras la introducción, llega la verdadera odisea. Dejo atrás todo cuanto queda y voy a por todo lo que es...
Tranquilos, seguís en mi memoria pues no podía llevaros como equipaje.
Respecto a ti, felicidades por tu viaje. Navegamos en rumbos distintos y ya decidirás cuándo contactar conmigo.
A vosotros que pronto me veréis, espectros sin rostro a los que aún debo conocer, cuidadito que vengo cargado jajaja.
Sí, esa es mi fuerza, mi carga...
NaiT
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