Ha pasado más de un verano desde mi última publicación aquí.
Ya fuera por falta de ánimos o por exceso de actividad, no encontraba el momento y, ahora, impera usar esta vía una vez más.
Cuando pasa cierto tiempo, tras bloquear a alguien en las redes sociales para alejarla de mi vida (y muy concretas han de ser las circunstancias para proceder a tal bloqueo), suelo deshacer el entuerto en pos de invitar tímidamente a la otra persona a recuperar el contacto si lo viere oportuno.
No me gusta ser tan descarado mandando un mensaje o una solicitud sin más, y menos por cómo han acabado las cosas en algunos casos, pero ahí está mi gesto; se interprete como se interprete.
El caso es que, ya por dos veces, con personas diferentes, el resultado ha sido idéntico. Antes de llegar a mediar en lo más mínimo, me bloquean a mí.
Tal vez sea lo mejor, lo sé, pero...
En este último caso, sigo con demasiadas dudas y, probablemente, todavía convaleciente por la situación que llevó al bloqueo por mi parte.
No estoy para nada orgulloso de admitir tal actitud infantil, pero era cuestión de tiempo que él lo hiciera y, puestos a facilitar las cosas, decidí hacerlo yo antes.
Me gustaría tanto poder recuperar alguna de esas amistades que he perdido tras intentar una relación más seria...
Es triste que en esos tres casos haya un factor común... Y lejos de culparle únicamente de mi no relación con esas personas, lo que más me disgusta es no conocer qué ha motivado tal repudio hacia mi persona.
La respuesta más sencilla, la que tal vez no requiera de más explicación, no parece suficiente en mi afán de querer saber la verdad; vestigios de un iluso yo en el que cree que exista tal cosa en estos días.
¿Por qué no puedo llevarme de forma cordial con ninguno de ellos?
Al menos con los que no han tomado medidas o acciones que me doliesen más allá de cortar el contacto...
¿Por qué conmigo no y con él sí?
No es raro que deteste a alguien que represente todo lo que no puedo y, por igual, que desprecie o no valore aquello que para mí sería casi sagrado...
A cualquiera que lea esta entrada, no pretendo ni quiero que entiendas mi situación. No estoy aquí para explicar lo que me pasa, sólo estoy aquí para desahogarme y, para aquellos que entiendan o puedan llegar a entender, abrirles una puerta más hacia mis motivaciones y hacia mí mismo.
Sigo sin entender qué es lo que falla en mí, qué errores cometo y no soy consciente ni en qué soy tan inferior a él como para pasar a ser uno más entre los desaparecidos...
Lo más seguro es que todo sería más fácil si no le diera importancia al conservar, no olvidar, no borrar, no perder...
Ojalá pudiera hablar con aquella persona, aquella que todavía me importa y que para él no soy nada. Ojalá pudiera preguntarle "¿Cómo te ha ido este tiempo?".
Espero que mi proyecto más reciente salga exitoso y, ya no sólo con tierra y mar de por medio, si no además fronteras, me pueda "olvidar" de todo este "pasado" que para mí sigue un poco presente.
NaiT
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