¿Has entendido lo que te he dicho? ¿Comprendes la situación?
No hay mejor aderezo para finalizar una mala noticia, el momento en que debes aceptar con toda su carga la realidad dejando a otro lado la posibilidad, la bendita oportunidad de poder fantasear, imaginar otra salida.
Ya sea por diagnosticar una enfermedad, declarar un despido o incluso perder al amor de tu vida; lo más crudo es sentirse desnudo ante las adversidades que de pronto se te presentan, muchas veces sin avisar o con señales poco claras.
El nuevo comienzo es un paso aterrador pero una vez dado te permite nuevas opciones, nuevas metas...
No, no todo es malo en el fin, es ley de vida que las cosas empiecen, terminen, cambien... Pero por natural que resulte el concepto y por mentalizados que estemos siempre nos quedará el miedo ante lo nuevo y los celospor perder lo que era nuestro.
Pese a la experiencia, pese a vivirlo una y otra vez a lo largo de los años me cuesta, nos cuesta asumir muchos de esos cambios.
Tal vez en una sonrisa vacía, una mueca sin expresión o un llanto mudo en tus adentros sean formas de expresar la frustración sin perturbar a los demás, métodos de seguir adelante como si nada cuando nada es lo que era.
Creo en que algún día encontraré algo que realmente tema perder con toda mi alma, algo más preciado que mi propia existencia y me aterra encontrarlo más que el deseo que tengo de que ocurra, porque entonces, si lo pierdo... ¿qué será de mí?
Por ahora mis pérdidas más dolorosas han sido soportables y preveo otras pérdidas que seguramente podré controlar... No quiero bajar la guardia, pero si no lo hago no disfrutaré el momento, o eso dicen...
Creo que he sabido disfrutar bien el momento, pese a que las circunstancias no han sido las mejores para exprimirlo al máximo...
Echo de menos a mucha gente, muchas situaciones, muchas cosas que no tengo ni tendré...
NaiT
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