Es posible sobreponerte a la tentación, a tus propios pecados capitales. Sólo necesitas una cosa, una razón para ello.
Y es que la fuerza del ser humano reside en proteger. Protegerse a uno mismo, protejer a los tuyos... ése poder es capaz de vencer hasta a tus propios demonios.
La voluntad mueve montañas. el amor te da fuerza, coraje, energía. Ambos juntos son un arma imbatible...
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... - Aquí me tienes, ¿qué quieres?
- Sólo quiero consejo, necesito de tus palabras.
- Ya tienes mi conocimiento y todo cuanto quieres saber, ¿tal vez no te lo trasmití con claridad?
- No es eso, sólo que...
- Muchos pensarán que estás loco, otros que posees una mente prodigiosa. ¿Tú qué crees?
- Creo que marco la diferencia.
- ¿Qué diferencia hay en hablar con uno mismo? Sólo soy la proyección que tú quieres ver.
- Lo sé, pero...
- ... puedo decir tanto lo que quieres oír como lo que no. No hay mérito en ello.
- Sí lo hay si te obligo a decirme ambas cosas y luego decido la que mejor se aplique a las circunstancias, me guste o no.
- Eres raro...soy raro...
- En mi propia soledad nunca va mal alguien en quién confiar, aunque ése sea yo mismo.
- Menos mal que tienes otras personas reales en las que confiar. Eres afortunado.
- Y procuro no olvidarlo. supongo que gracias a ellos soy fuerte.
- Yo te veo débil. Hablas contigo mismo en busca de consejo, eso es débil por tu parte...
- Ya, pero ¿qué mejor consejo que el de alguien fuerte? Será egolatría, pero me gusta escuchar mi voz dentro de mi cabeza y poder discutir con libertad, intentando superarme constantemente desde ambos lados de la discusión.
- Estás como una jodida regadera... Sigo pensando que eres débil.
- Sí, peor soy yo el que se va a enfrentar a mi porvenir, soy yo el que ya sostiene un peso que en los próximos meses aumentará, soy yo el que va a tener que crecer...
- Si tú ganas yo gano.
- Y si tú pierdes también gano. Pero si pierdo yo, perdemos los dos.
- Sabes que podrás llamarme cuando flaquées para recibir una reprimenda.
- Lo sé, y lo haré, para eso "te creé".
- Quién sabe, tal vez te creé yo...
- Sea como fuere... adoro disfrutar la soledad hablando conmigo mismo.
- Conversacione mudas de autorevelación sólo superadas con las proyecciones oníricas del subconsciente y su posteriór representación.
- Jeh, el que mejor me comprende y a la vez el que siempre me instigará.
- Para eso estoy, para que te hagas más fuerte todavía.
- Ése es mi objetivo.
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..... ¿Cómo vencer a quien lo sabe todo de ti y en cambio de quién no sabes nada? El consciente contra el subconsciente...
Déjate llevar....
Ojalá pudiera. Soltar esas cadenas no es más que dar un descanso a la mano que las sostiene. Sin embargo yo ya he encontrado el "placer de la represión" basándome en la "belleza de la moderación".
Contenerse es un arte que pocos valoran y más aún mostrando la imagen del déspota libre y sin privaciones. Cuántas cosas hay que rechazar... y cuántas cuesta hacerlo...
Lo más importante es tener un objetivo, una razón por la cual sacrificarte o tal vez una recompensa por el esfuerzo.
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El tiempo y su complice la distancia los tengo en el pedestal de la discordia.
La voluntad es la que da valor a las cosas pequeñas.
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Primera norma: Siempre soy diferente al resto. No trates de catalogarme, siempre saldré de la norma.
Segunda norma: Soy predecible, siempre y cuando mantenga un rol constante.
Tercera norma: Nunca te quedes con la apariencia, y menos con un escorpio. Los hechos siempre tienen un trasfondo abismal.
Cuarta norma: Piensa. Hazlo como una persona consciente y racional y tal vez, sólo tal vez, podamos llegar a una conclusión común.
Quinta norma: ¿De verdad necesitas una quinta norma?
Sexta norma: Bajo cualquier concepto, sin duda alguna SIEMPRE te causaré dolor.
Séptima norma: El dolor puede ser placentero.
Octava norma: Sin respeto adquieres enemigos. Aprende, respeta y actua en consecuencia.
Novena norma: Puedo perdonar, pero no abuses pues mi paciencia es limitada como el océano.
Décima norma: Y ahora es cuando digo ¿de qué sirve? Supongo que es cuestión de intentarlo...
No tengo una motivación clara desde hace demasiado tiempo. Me guío por impulsos meramente primarios y algunos valores que rápidamente escasean. En estas noches de inspiración difusa sólo he sido capaz de escribir estos fragmentos de mí.
Supongo que la carga me obliga a concentrarme demasiado en mi labor como para escribir sobre algo concreto...
NaiT
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