Blood Letters...

domingo, 9 de mayo de 2010

Mentiras...

Las mentiras son un veneno que te tomas lentamente para dominar las situaciones e incluso a las personas a cambio de pudrir una pequeña parte de tu ser a cada trago.

gente que se esfuerza por negar lo que es. Otros que pretenden perjudicar al resto inventando calumnias o malversando las cosas a propósito para crear confusión, desconfianza, caos...

Pocas son las personas que usen las mentiras para ayudar, al menos en su concepción de la ayuda. Aliviar una sentencia o noticia, omitir detalles o acciones, inventar voces con las que tranquilizar... todas estas mentiras hasta las puedo comprender sin que exima eso su potencial auto-/destructivo.

Callarse las miserias de uno mismo también es mentir, pero nuestra educación nos habla de la cortesía, los buenos modales... excusas para permitirnos fingir, mentir y a la vez evitar conflictos en reuniones y la sociedad en sí.

Leves omisiones que no te permiten la absoluta libertad, pero mantienen una atmósfera respirable para todos.

Pero cuando se es un mentiroso carroñero, un falso, un hipócrita más allá de los niveles mínimos que exige la sociedad, ahí se tiene un gran problema.

Tan corrosiva puede ser una gran mentira como una gran verdad dependiendo del momento y la forma de administrarlas.

¿Por qué no puedo entender? ¿Me miento a mí mismo?

Asco siento de las mentiras.... y asco siento por quien me miente, engaña o trata de manipularme con palabras vacías y promesas caducadas.
Me repugna la idea de acabar siendo así, pero tal vez al ser sincero conmigo mismo me doy cuenta de lo mucho que me engaño o de las veces que cubro mi rostro con un manto...

Para mentir bien, hay que tener mucho cuidado con a quién se miente pues ya sea por percibir cosas extrañas o por enterarme de otros modos, acabo averiguando el subterfugio de las acciones engañosas de los demás...

Sólo doy un aviso general y sobre todo para mí mismo, el que más tiende a mentirme...


NaiT