Blood Letters...

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Comparaciones innecesarias...

Sé que no debería importarme, ni afectarme ni malhumorarme algo tan inocuo como un comentario comparativo, pero tras él se esconden dudas, inseguridades y demasiados quebraderos de cabeza no del todo resueltos aunque sí argumentados.

La única conclusión que puedo sacar es que si hay una cosa que puedo odiar más que el que me comparen a mí con terceras personas (y más en el contexto de una posible relación) es que comparen personas por las que siento cierta afinidad/atracción por otras que forman parte de mi pasado y que ya no conforman mi presente, ni seguramente mi futuro.

Por mucho que sepa que cuando siento atracción por alguien es por sus virtudes e incluso por algunos de sus "defectos", me molesta sobremanera que me recuerden las peculiaridades o semejanzas con personas por las que sentí una afinidad muy semejante.


Es verdad que algunos patrones se repetirán; tiempo atrás publiqué las cosas que me gustan en los chicos y es inevitable que se repitan pues por algo es aquello que me atrae.

Pero que me saquen que "X" persona se parece mucho a "Y" o que "Y" recuerda a "X" acaba por trastocarme.

Si pretendo que algunas personas, más por su voluntad que por la mía, queden aisladas de mi vida y mi entorno, que logren que la idea de su recuerdo o su "sombra" siga presente realmente me cabrea.

No lo puedo evitar, sea defecto o virtud (más lo primero), no puedo evitar plantearme las cosas por las que X me atrae...

¿Y sabéis lo peor de esto lectores míos? (Incluido tú, incansable subconsciente)
Incluido Que por chorradas como estas prefiero perder mi "apetito" por personas que, por mínima que sea la probabilidad, tal ve sean sólo un eco de algo que perdí tiempo atrás.

Sumar esto a mis propias limitaciones por autoimposición (además de las que no puedo controlar, las que prevalecen en verdad) sólo puede derivar a un fracaso más prolongado en mi intento de huida de la soledad.

Y es que si ya veo negro el camino para encontrar alguien que pueda llenar un poco más mi vida, más negro quedará si apago los tenues atisbos de luz...

Y lo peor es que por sólo un nombre pronunciado en mal momento... recurran a mí todos y cada uno de los nombres que echo en falta.

Días, semanas... puede que incluso meses o que, aún negándomelo a mí mismo, lleve años con el mismo problema; los mismos pensamientos que van a peor.

Todo aquello que no puedo controlar en mi vida, todo aquello que se marchita sin yo poder hacer nada, todo lo hediondo que me rodea y, más aún, aquellos que se marcharon o a quienes yo eché.

Vuestras lecciones me han ayudado, pero algunas acciones simplemente dejaron heridas profundas e inseguridades difíciles de tratar si no es con la confrontación con aquello que temo, anhelo, a momentos olvido pero ante todo deseo... La hora de enfrentarme a una verdadera relación.

Palabrerías nada más que producto de un subconsciente alterado y un estado de consciencia afectado por el cansancio de una larga jornada de diurnidad.

Como los versos al poeta, estas ideas latentes en mi ser simplemente afloran puntualmente recordándome que dentro de mi estabilidad, quedan todavía muchos recovecos por resolver y que la batalla a contrarreloj la estoy perdiendo.

Tampoco voy a sentirme más especial que nadie pues sé que muchos pueden estar en una situación peor que yo, pero no soy partidario del "Mal de muchos, consuelo de pocos"...

Dicho esto, seguiré meditando en soledad hasta que Morfeo me venga a visitar.

NaiT

No hay comentarios: