Blood Letters...

lunes, 24 de marzo de 2014

La verdad que se esconde en mi estado de ánimo...

Siempre he sido partidario de escribir al momento cuanto siento y de la forma en que lo siento.

También es cierto que la experiencia me ha demostrado que conversando con personas, tratando algunos temas, es como surge mi inspiración, el momento clave en que mis sentimientos y mis pensamientos fluyen en una misma dirección, encontrando las palabras adecuadas par describir aquello que sólo podría plasmar con el caos.

Dicho esto, adjunto el resultado de una conversación a principios de mes:

Esto no es algo que suela aceptar públicamente y pocas veces lo diré de forma tan directa, pero es la forma más rápida de definir mi estado actual, y en sí, mi estado durante los últimos años. Definir por qué estoy así, en parte, y por qué cometo ciertos errores. Incluso el por qué de mis bajones continuos...

La depresión para mí es un estado absoluto y de una gran intensidad. Un momento en el que has tocado lo más bajo y no consigues salir.

Realmente me enfurece leer que alguien está “depresivo” por tonterías, que, a su juicio tal vez sean cosas demasiado grandes, pero que se pueden solucionar con facilidad.

La depresión como tal es muy complicada, y más si es en estado crónico, ya como patología. Estas prácticamente son de por vida.

Yo vivo en una especia de "depresión continua" y a veces dudo ya de si es algo patológico o no, pero siendo objetivo; sé que es por mis circunstancias, que parecen no mejorar y no las puedo controlar ni evitarlas.

El caso es que suelo tener bajones por esa razón, porque no logro salir de un estado de depresión moderada, simplemente aprendo a sobrellevarlo mejor o consigo que lo que me provoca el bajón, me afecte lo menos posible.

Sé que hay cosas que son culpa mía, como mi afán por querer mejorar, el no perdonarme a mí mismo algunos errores, el ser rencoroso, tener tendencias más pesimistas que optimistas y a veces la desgana de querer hacer nada por cambiar la situación (aunque esto es más una consecuencia de la depresión en sí). Mi arrogancia y esa vanidad al creer que “merezco algo más”, son lo que me tienen así...

En definitiva, que muchas veces me fuerzo a seguir sin aislarme del mundo, porque sé que cuando no pueda más, lo haré, y si me queda algo de fuerza, prefiero agotarla luchando.

Muchas veces no quiero ver a nadie. Incluso con mis propias amistades a veces me siento solo o incompleto. Y en mi propia soledad, sólo el sueño puede hacerme huir de mis propios pensamientos.

Entiendo que mis amigos más íntimos, 2 o 3, lo intuyen por algunas conversaciones, pero no se lo he dicho nunca de una forma tan directa, de modo que si lo estáis leyendo, ya sabéis lo que hay...

Algún día me alejaré de todo y podré empezar a respirar... O terminaré por ahogarme en aquello que yo mismo me he buscado.

NaiT

No hay comentarios: